Con estos actos demagogicos, porque no dignifica a las personas las dádivas, lo que la dignifica es tener trabajo y ganarse lo suyo dignamente, pero la mayoría de los gobiernos populistas han tratado de concentrar su poder en base a adoctrinamiento dadivoso y también retorico.
Si yo en este momento saldría a la calle con camiones cargados de mercadería y comenzara a regalarlas a toda persona que se acercara, en un brevisimo lapso de tiempo seria aclamado y adorado por la gente, sin saber quien soy y sin preguntarse de donde lo saque, lo mismo sucede con los narcotraficantes, Pablo Escobar Gaviria regalaba de todo a sus vecinos y ellos lo adoraban, dejando de lado como obtenía esos recursos, a nadie le importaba, se decia que el mencionado se preocupaba por el bienestar de su pueblo, cuando en verdad envenenaba a la juventud con su droga y mataba a quien se le pusiera delante, pero la gente común no ve eso, el acto de "regalar" es superior a cualquier otra interpretación y por ignorancia o conveniencia no reparan en esos detalles.
Con la política sucede lo mismo, el acto de "regalar" no es un acto inocente, es un acto dirigido a someter voluntades y quebrar toda barrera de pensamiento.
El receptor de esos "regalos" queda endeudado moralmente de por vida con su benefactor, logrando este su cometido, lo que se traduce en votos a la hora de decidir.
La militancia apunta a un mismo objetivo, el de adoctrinar para establecer un pensamiento colectivo y anular el pensamiento individual.
Esta metodología no es nueva, siempre se uso, podemos citar a Hitler con su aparato propagandístico haciéndole creer a su pueblo que la guerra era una necesidad y una causa justa.
Cuando se pierde la capacidad de discernir, de pensar autonomamente, el pensamiento colectivo se apodera de ese individuo que a dejado de cuestionar, razonar, elegir, para convertirse en una oveja mas en el rebaño de estos movimientos, así su juicio ya no es objetivo, su juicio es el juicio de la mayoría y la mayoría solo interpreta los mandatos de su líder, con gente que se somete así nunca se va a votar con inteligencia.
Para votar a alguien lo primero es evaluar quien es ese candidato como persona, que cualidades morales tiene, que historia de vida detenta, que logros como político a cosechado, lo segundo a tener en cuenta son sus propuestas y medidas que adoptara para gobernar y mejorar la calidad de vida de las personas y lo tercero que chance tendría para gobernar, tiene apoyo de parte del espectro político del país?, como es su relación con el sindicalismo?, tiene carácter para afrontar todos los problemas que se le irán presentando? y por ultimo, es una persona pragmática o dogmática?, si es pragmática seguramente tendrá mas cintura para allanar los escollos que se le presentaran, por el contrario si es una persona dogmática es muy probable que no llegue a ningún lado, la historia esta llena de esos casos, pero esta situación analítica no se cumple porque el votante en su gran mayoría sigue el pensamiento colectivo cuando transita una militancia fanática que anula su capacidad de discernimiento.
Mientras esto no pueda revertirse se seguirá votando sin inteligencia y seguiremos una y otra vez votando lo que la mayoría manda, sin juicios de valor, sin objetividad, sin raciocinio, o sea se seguirá votando mal.
La respuesta es ROTUNDAMENTE NO. Y todo tiene una buena explicación. Cuando era niño en mi casa adoraban a Peron y a Evita, escuchaba relatos como que a mi abuela Evita le "regalo" una maquina de coser, para las fiestas en el correo "regalaban" pan dulce y sidra, también "regalaban" bolsas de papas, al que no podía pagar le "regalaban" una casa, para las fiestas mas importantes "regalaban" juguetes a los niños y también "regalaban" alpargatas, en el colegio "regalaban" libros de Peron y Evita donde se enseñaba a adorarlos con frases y dibujos que hacían ver a los nombrados casi como semi dioses y que esta actitud para nada inocente buscaba estimular en los mas chicos la devoción por su líder benefactor desde temprana edad sabiendo que ese niño algún día votara.
